chueco y roido,
de esos con tiempo para morir.
Pero con 30.
Y una red establecida de falencias.
Dicen que la neuroplasticidad existe,
y que podría rehacer mi cerebro.
El problema esta,
en reconocer lo ficticio de lo insano,
y lo sano de la ficción.
De ahora en adelante seré un bilbiotecario de emociones y acciones.
E intentaré aislar el hemisferio enfermo.
Reconocerlo, amarlo y operarlo.
Veamos que tal me va.